Salir al encuentro

 Han pasado diez años desde el 13 de marzo de 2013, día en que Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa. Una década en la que la Iglesia ha sentido la invitación constante de “salir al encuentro” de los demás. Francisco sitúa a la Iglesia a la vanguardia de la ecología. Las muertes de migrantes, las guerras y las desigualdades económicas son los ejes desde los que Francisco hace teología y comunicación. Es un líder mundial para creyentes y no creyentes.

La participación ha permito oír nuevas voces no clericales y de múltiples culturas. La doctrina se abre a la disparidad de interpretar la fe, y se conflictúa para lograr caminos consensuados. La Iglesia vive la unidad en desequilibrio permanente que actúa desde dentro con la fuerza de una democracia sinodal.

El “cuidado de la casa común” es ya un slogan de las nuevas generaciones. Es necesario un cambio de rumbo en el modelo de la calidad de vida y del desarrollo humano. El compromiso ecológico incluye la erradicación de la miseria, el cuidado de los pobres y el acceso para todos a los recursos de esta “casa común”.

Construir una humanidad más fraterna es su visión política de la caridad. Conversar con líderes mundiales con propuestas distintas, peregrinar con la bandera de la paz y el diálogo, sigue siendo su propuesta evangélica de la negociación y de los encuentros interreligiosos. Sus vínculos con la cuestión social y su accionar en la política argentina le facilitan la lectura de la política de los países latinoamericanos y hablar con realidad y paternidad.

Jorge Bergoglio calculó que tendría tiempo de participar en la elección del nuevo Papa y regresar a celebrar la Semana Santa en Buenos Aires. El Papa Francisco ha hecho del mundo su parroquia y de sus dolores y necesidades impulso vital de la Iglesia.

Francisco es argentino y es de todos, camina por el fango de las políticas domésticas y mira el futuro con la esperanza de vida de hermanos diversos en unidad y respeto. “Francisco confiamos en tu decir sí a Jesús para enseñarnos el camino de salir al encuentro de los hombres y mujeres que necesitan una mano amiga.”

Javier Herrán Gómez

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